Vistas de página en total

domingo, 9 de octubre de 2011


Los principales deterioros físicos que presentan después de los 80 años, lo que favorece la presencia de varias enfermedades



Con frecuencia se relaciona el hecho de estar “viejos” con el de estar enfermos y es que sin duda se presentan mayores deterioros físicos, mentales y enfermedades entre las personas mayores de 80 años, pero también entre los hombres y mujeres y con relación a personas mucho menores que ellas.
Por tanto la vejez y la enfermedad no son sinónimos a pesar de que al igual que en otras etapas de la vida, en esta hay algunas enfermedades características como pueden ser la artritis, el reumatismo, el Alzheimer, la osteoporosis o la llamada demencia senil, algunas de ellas también pueden afectar a personas más jóvenes.

Lo que ocurre en el cuerpo es un desgaste que obviamente se puede acrecentar por alguna o varias enfermedades, pero es un desgaste ocasionado por el tiempo, como sucede con cualquier otra cosa en el mundo y contrario a lo que se pueda pensar, las personas mayores son menos vulnerables a una gran variedad de enfermedades infecciosas.

La enfermedad y la disminución de las facultades no son lo mismo, aunque ambas constituyen estados muy lejanos de lo que es el concepto de salud.

Sin embargo si hay una notoria diferencia entre lo que es una vejez sana de la que no lo es.

En la vejez sana, las personas son productivas y capaces de hacer lo mismo que los adultos o jóvenes sanos.

En estudios realizados no se encontraron diferencias en los niveles de glóbulos blancos, hemoglobina, azúcar en sangre, colesterol o en el tipo de funcionamiento elector del cerebro. También tuvieron semejanzas en la presión arterial, el aprovechamiento del oxígeno y en el flujo de sangre en el tejido cerebral.

En donde sí se encontraron diferencias es en las frecuencias máximas de las ondas cerebrales, ya que en los ancianos son más lentas y se relacionan con su cambio de pensamiento y comportamiento.

Por otra parte es innegable, que muchas enfermedades crónicas que se empiezan a desarrollar desde jóvenes por los hábitos y el estilo de vida, llegan a su climax de manifestación en la edad adulta y con mayor razón en los ancianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario